La historia detrás de Menús Cápsula 💛 La conexión entre la comida y cómo te sientes
- Laura Rubio
- 13 may
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 28 may
Este post es muy especial porque marca un momento muy importante para mi: el momento en que este proyecto, que ha vivido tanto tiempo dentro de mí, por fin toma forma y está a punto de ver la luz oficialmente. Ademas, si lees hasta el final quiero darte un regalo:
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Hoy es 14 de mayo, y estoy a solo diez días de cumplir 38 años. Se siente como un sueño. Todavía no me cabe en la cabeza que estoy tan cerca de los 40.
Por Dios… ¡si todavía me siento como esa adolescente que vivía encerrada en su cuarto, soñando con mil cosas pero sin saber cómo hacerlas realidad!
Desde muy pequeña quise tener un negocio propio. Siempre soñé con eso. Mientras estudiaba mi licenciatura en educación, nunca me vi como profesora. Me imaginaba más bien como la dueña de un jardín infantil de barrio, o algo parecido. Luego empecé a viajar y a cumplir otros sueños, pero ese deseo de tener algo mío seguía ahí, escondido bajo capas de rutina y olvido.
En octubre de 2011, uno de los sueños más grandes de mi vida se hizo realidad: me llamaron desde Dubái para ofrecerme trabajo como tripulante de cabina. ¡Tenía que estar lista en enero! Casi me caigo de la emoción. Nunca imaginé que viajaría a tantos países que veía como inalcanzables.

Pensé que sería azafata hasta los 80 y viviría feliz viajando por el mundo. Pero, sorpresa: a los seis meses me di cuenta de que no quería seguir en eso por mucho tiempo. Aun así, me quedé 7 años. ¿Cómo dejar un trabajo soñado que me permitía conocer el mundo y, además, me pagaban por hacerlo?
Sin embargo, internamente me sentía vacía, perdida y agotada. Sabía que no quería seguir volando, pero tampoco quería volver a ser profesora. Físicamente, además, estaba muy enferma del estómago: vomitaba casi todo lo que comía, tenía la panza inflamada y vivía con malestar constante, y todo los días me preguntaba ¿qué hago con mi vida?
Todo cambió en 2018.

Ese año me propuse hacer un cambio radical. Me propuse bajar de peso y sacar un “six pack”. Me obsesioné con el ejercicio, seguí una dieta súper estricta y logré resultados físicos impresionantes.
Pero mi salud emocional se fue al piso y mi salud digestiva empeoró.
Comencé terapia. En la segunda sesión, la psicóloga me remitió al psiquiatra. Me diagnosticaron con depresión crónica y me recetaron Prozac. Pensé que todo iba a mejorar… pero no. Seguía sintiéndome muy mal. Lloraba casi todos los días, incluso en el trabajo. Recuerdo una vez en un vuelo, aterrizando en Guangzhou, China, llorando en silencio mientras los pasajeros bajaban del avión.
Un día, simplemente no pude más. No dormía, lloraba sin parar, tenía dolores físicos y una sensación de vacío abrumadora. Pensé que ya no quería seguir. Pero algo dentro de mí me dijo: esto no es debilidad, necesitas ayuda. Y fui al psiquiatra que me estaba atendiendo.

Estuve hospitalizada varios días. Me dieron sedantes, medicación y me vigilaban todo el tiempo. En ese momento sentí que el peso de toda mi vida me presionaba el pecho y que no me dejaba respirar.
Me sentía tan mal, tan vacia y tan infeliz. Y lo peor de todo era el sentimiento de culpa que me invadia por sentirme de esa forma cuando tenía todo lo que siempre había soñado: el trabajo de mis sueños viajando por el mundo, la pareja de mis sueños, viviendo en una de las mejores ciudades del mundo entero, tenía mi auto propio, amigas increibles, etc.
En ese momento aun no había aceptado la realidad de mis traumas y mi pasado, y aun no entendía que ese peso que sentía en el pecho, era algo que necesitaba ser visto, ser reconocido y aceptado.
Luego de varios días, me ajustaron el tratamiento y me remitieron a un gastroenterólogo. Fue ahí cuando encontré algunas respuestas sobre mis problemas digestivos: síndrome de colon irritable, intolerancia a la lactosa, problemas con la fructosa y reflujo. Todo eso explicaba mis síntomas físicos. Pero, lo más importante, fue cuando el doctor me explicó la conexión entre mi salud digestiva y mi salud mental.
Este doctor me dijo que la salud mental influye en la digestión y viceverza; también que las bacterias intestinales influyen en el estado de animo y que todo estaba conectado. Yo no lo podia creer.

Desde entonces, he pasado por diferentes doctores, terapeutas, especialistas y estudios. Aprendí cómo funciona mi cuerpo y mi mente, y eso despertó en mí una curiosidad inmensa.
Estudié nutrición, hice cursos en salud gastrointestinal, tomê un curso de psiconutrición, coaching de salud, Pilates, y trabajé con una nutricionista especializada. También aprendí que el ejercicio era una herramienta de bienestar, no solo de estética.
Con el tiempo, mejoré mis hábitos, dejé los medicamentos y comencé a sentirme mejor. Pero aún faltaba trabajar lo emocional. Esa parte me costaba. Años después, enfrenté episodios fuertes de ansiedad y pánico que me obligaron a mirar de frente mis miedos, aceptar traumas y empezar un trabajo profundo de aceptación radical.
La conexión entre la comida y cómo te sientes

Siempre me ha gustado la aventura y arriesgarme a hacer cosas diferentes. También me encanta aprender cosas nuevas que me llamen la atención e intento vivir mi vida al máximo.
Sin embargo, en el proceso de reencontrarme conmigo misma, me dí cuenta de todas las contradicciones con las que vivo. Una de ellas es que no me gusta la rutina y me aburro con facilidad, pero al mismo tiempo necesito estructura y rutina para no sentirme abrumada ya que de esta forma los días fluyen mucho mejor.
Al aceptar esta contradicción gigantesca, decidí encontrar una forma para poder encontrar un punto medio y sentirme mejor. Ahí empecé a planear mis días, mis comidas, mi ropa, etc, lo cual me dio estructura, paz mental y libertad.
Recordé todo lo que había aprendido sobre cómo todo lo que comes afecta directamente cómo piensas, sientes y actúas.
Alimentos ultraprocesados, exceso de azúcar, horarios desordenados y decisiones improvisadas al cocinar contribuían a mi malestar físico y emocional. Pero cuando comencé a planear mis comidas, cocinar con lo que tenía, y repetir recetas simples, mi ansiedad empezó a ceder.
Y no se trataba de “comer perfecto”. Se trataba de crear orden. Reducir el ruido mental. Alimentarme con intención. La planeación fue la herramienta clave para encontrar calma en medio del caos.
Y los planeadores de comida fueron una de las herramientas más poderosas para lograrlo. Me ayudaron a reducir el estrés de tener que pensar todos los días que iba a cocinar, me devolvieron la sensación de control sobre mi alimentación, y la cocina dejo de ser una carga.
El poder de planear tus comidas: menos decisiones, más paz

Planear las comidas de la semana me ayudó a recuperar tiempo, reducir el estrés y reconectarme con mi cuerpo. No más improvisar a las 7:00 p.m. ni desperdiciar comida. Poco a poco, cocinar se volvió un acto de amor. Una forma de volver a mí.
En ese proceso, me reencontré también con mis pasiones y acepté que no tenía que escoger solo una. Intenté varias cosas pero ninguna me hacía sentir la pasión y las ganas para continuar. Hasta que por fin un día cualquiera, mientras planeaba mis comidas de la semana y reflexionaba sobre todo lo que había vivido estos años, decidí que lo que quería hacer era crear algo que reuniera todo lo que me había ayudado a sanar: la nutrición, el cuidado mental, la creatividad, el bienestar.
Y así nació Menús Cápsula: comida, planeación, salud mental y creatividad
Menús Cápsula no solo es una plataforma de planeadores de comidas digitales para ayudarte a organizar tus comidas semanales de forma fácil, flexible y sin estrés, tampoco es solo un sitio con recetas. Menús Cápsula es una mezcla de todo lo que he vivido, aprendido y superado. Es el resultado de años de crecimiento, terapias, errores y aprendizajes. Es un espacio para compartir herramientas reales que hacen la vida más sencilla y nutritiva. Cada receta tiene ingredientes pensados para nutrirte por dentro y por fuera. Cada planeador está diseñado para darte claridad, alivio y tiempo libre.
Mi deseo es que te cuides, que disfrutes el proceso, y que conviertas el momento de cocinar en un acto de amor propio. Porque lo que le das a tu cuerpo habla del respeto que tienes por ti misma.
Gracias por estar aquí. Este es solo el comienzo. ✨
En Menús Cápsula creemos que la alimentación es una herramienta poderosa para sentirte mejor por dentro y por fuera. Nuestra plataforma está diseñada para ayudarte a planear tus comidas de forma práctica, rápida y consciente, con recetas nutritivas, listas de compras automáticas y recursos pensados para simplificar tu vida diaria.
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Gracias por leerme.
Esta historia no solo es mía; también puede ser el inicio de la tuya.
Nos vemos dentro de Menús Cápsula 💛
LAURA RUBIO
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